En anteriores artículos, ya hablé de la importancia que le doy al principio higienista, que afirma que cualquier ser humano para recuperar su salud, debe ser podado (limpiado de tóxicos), abonado (nutrido adecuadamente) y puesto al sol (dando el tiempo que necesite su organismo, para recuperarse totalmente).
Por lo tanto, la esquizofrenia no es una excepción a este principio. Sin ánimo de ser exhaustivo, voy a repasar los distintos pasos que hay que seguir para ayudar a este tipo de pacientes:
1.- DESINTOXICAR
Cuando un paciente esquizofrénico llega a mi consulta, suele estar muy intoxicado debido a la propia medicación, a su deficiente nutrición y a sus pésimos hábitos de vida.
Las cantidades de sustancias tóxicas que provienen del aire, agua, suelo y productos de consumo; como ropas, alimentos, cosméticos, calzados, y demás, constituyen la llamada “carga tóxica” que nuestro organismo debe soportar
Sabemos, que la gran mayoría de los tóxicos que llegan a nuestro cuerpo, son lipofilicos –es decir, que tienen gran afinidad por la grasa corporal– almacenándose en ella. Múltiples estudios coinciden, en que la media de productos tóxicos encontrados en la grasa corporal de cualquiera de nosotros, es aproximadamente de 100. Si tenemos en cuenta, que el 70 % del cerebro es grasa, imaginaros el destrozo que pueden hacer estas sustancias en nuestras neuronas.
Como muestra del poder devastador de los tóxicos en general, y en la esquizofrenia en particular, basta recordar que el tristemente famoso insecticida DDT (diclorodifeniltricloroetano) inventado en 1939 para el control de plagas de todo tipo de cultivos, y que fue dejado de fabricar en 1968, todavía está presente en millones de personas de todo el mundo, como demuestran sus análisis de pelo.
Así pues, nuestro organismo que se pasa el día trabajando para aligerar tanta carga tóxica, necesita urgentemente de nuestra ayuda.
¿Qué podemos hacer?
La primera acción que debemos tomar para evaluar el grado de toxicidad global de nuestro organismo, es medir el PH de la primera orina de la mañana (con tiras reactivas que se pueden comprar en la farmacia). Si el PH está por debajo de 7, es que estamos “ácidos”, es decir intoxicados. Por encima de 7 (entre 7,3 y 7,8 es lo ideal), indica un estado “alcalino” y por lo tanto de equilibrio global.
En caso de estar “ácidos”, debemos iniciar una dieta alcalina para recuperar nuestro equilibrio (homeostásis). Esta dieta se basa en el consumo de frutas (siempre al principio de las comidas) y verduras, dejando de lado las carnes rojas, el cerdo, las aves de corral, los huevos y productos lácteos. Las grasas y los azúcares también deben estar excluidos. En general “más cuchara y menos sartén“.
Es un buen hábito, tomarse el zumo de un limón todas las mañanas en ayunas, y ayudarse con una suplementación de “cardo mariano”, “alcachofas” y “diente de león”.
Minerales tóxicos
Hay que saber que todos los minerales tóxicos; como el plomo, mercurio, cadmio o aluminio se van acumulando en nuestro organismo con el paso del tiempo, mientras que los niveles de minerales esenciales van disminuyendo; con lo cual, el cuerpo va perdiendo la capacidad de adaptarse y desintoxicarse con eficacia. Todos estos factores, contribuyen en gran medida a disminuir nuestro rendimiento intelectual global, y nuestra estabilidad emocional. La manera más sencilla de averiguar en qué medida estos minerales tóxicos nos están afectando, es efectuar un análisis de cabello.
Aditivos alimentarios
Otro frente que hay que cubrir, es el de los aditivos alimentarios. Hay más de 1000 aditivos que se han demostrado que son antinutrientes, y cada año se añaden más de 200.000 toneladas de ellos a los alimentos. Hay uno, la tetrazina (E-102), especialmente peligroso y asociado a la hiperactividad de los niños, que da la coloración amarilla/anaranjada a determinadas bebidas. Como norma general, es aconsejable evitar los alimentos que lleven una larga lista de aditivos.
Sin embargo, no todos los aditivos son perniciosos, hay algunos que son beneficiosos para el organismo, como el E-101 (vitamina B2), E-160 (caroteno), E-300-304 (vitamina C), E- 306-309 (tocoferoles), el emulsionante E-322 (lecitina) y los estabilizadores E- 375 (niacina) y E-440 (pectina). Una buena norma, es tomar diariamente semillas y nueces, para protegernos de los minerales tóxicos.
2.- NUTRIR
En diferentes artículos de este blog ya he hablado de la importancia que tienen para la salud mental, los aminoácidos, fosfolípidos, omega 3, y la glucosa. A modo de resumen, a la hora de enfrentar la nutrición para un paciente esquizofrénico, hay que tener en cuenta lo siguiente:
- Equilibrar el azúcar en sangre
- Comprobar y corregir los desequilibrios en ácidos grasos esenciales
- Aumentar la ingesta de antioxidantes, y en especial de la vitamina C ( 3 gramos diarios)
- Suplementar con Niacina (B3), B12 y ácido fólico
- Analizar posibles alergias e intolerancias
- Comprobar niveles de histamina
3.- TIEMPO Y ESTILO DE VIDA
Ya hablé con anterioridad, de la necesidad de tiempo que tienen las personas para recuperarse, y como en el caso del cerebro, el ritmo de recuperación es de 2 gramos diarios. Por lo tanto, si el peso medio de un cerebro humano es de 1500 gramos, necesitaremos 2 años aproximadamente, para recuperarlo en gran parte. En el caso de una esquizofrenia, este tiempo puede prolongarse.
La actividad en forma de ejercicio suave, es una buena manera de comenzar a modificar el estilo de vida de los pacientes. Un régimen de 30 minutos diarios de paseo con exposición a la luz diurna natural, ayuda mucho en la recuperación. También es buena idea, tomarse unas vacaciones al sol durante el invierno, aunque desgraciadamente, no siempre es posible.
Incluso más beneficioso que la luz y el ejercicio, es permanecer en contacto con la naturaleza. El aire cerca de las cascadas, playas, bosques y montañas, – además de estar asociados a sentimientos de tranquilidad–, están repletos de iones negativos que son los más beneficiosos para la salud. Es una experiencia común para los humanos, que después de una fuerte tormenta con rayos, nos sintamos mucho más vigorizados, debido a que la tormenta eléctrica genera trillones de iones negativos, que nos relajan proporcionándonos gran energía.
El simple hecho de mirar un paisaje en silencio, como principio de armonía y equilibrio, permite ir “reseteando” nuestro cerebro.
Recuperamos “información” a través de los sentidos: lo que vemos, oímos, tocamos, olemos y gustamos, nos retribuye, a la vez que nos desintoxica emocionalmente
Suelo recetar una dosis mínima de una hora semanal de “Naturaleza”.
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